La relación entre el cornudo y el corneador.

Una relación de cornudismo consentido requiere un amante (o corneador) comprometido para que la dinámica entre la pareja crezca y se vuelva mucho más sólida y agradable para las tres partes. Sí, es muy divertido y excitante que la hotwife (o putiesposa) ande brincando de miembro en miembro, pero esa modalidad de juego (que en inglés llaman hotwifing) no ofrece mayores beneficios y no reta a la pareja en su día a día.

La expectativa máxima de un matrimonio (o noviazgo) cuckold es tener un amante de planta. Una vez que un hombre satisface los criterios de ambos miembros de la pareja para avanzar en el juego, ¿cómo es la relación entre el esposo y el amante/corneador?

Se entiende que el corneador es el proveedor de placer sexual de la esposa, mientras el marido (cornudo consentido) es el proveedor de afecto y estabilidad —esto nada tiene qué ver con el hecho de que el marido sea incapaz de satisfacer a su mujer sexualmente, no siempre es el caso—; por lo que ambos en realidad funcionan como una unidad que mima a la hotwife desde diferentes perspectivas, mientras ambos obtienen placer de diferente manera (el corneador obtiene placer carnal y el marido el placer psicológico de ser el sumiso en una relación de poder en la que su mujer es la dominante).

El cornudo puede expresar sus fantasías al corneador. Es parte del juego.

Por ello es importante que, para que este trinomio funcione perfectamente, el corneador (amante) y el cornudo (marido) estén comunicados y lleven excelente relación porque son partes esenciales de un mecanismo. Una persona “vainilla” (término utilizado en el BDSM y el swinger para designar a todos los que no practican el estilo de vida) pensaría que el marido sale sobrando, sin embargo él se encarga de comprar la ropa que su putiesposa usará con su amante, comprar los condones o las píldoras anticonceptivas (en caso de que ya se encuentre el matrimonio en la fase de “sexo sin condón” con su amante), cuidar que su esposa llegue lo más bella posible a las citas (esto incluye depilaciones, tratamientos de belleza, maquillaje, gimnasio y todo lo que el marido y la esposa sientan que mejorará la salud y el físico de ella), consentirla cuando regrese de las mismas y atender al amante y a su esposa cuando los encuentros sean en su presencia. Estas, junto con otras actividades que pueden ser previamente acordadas (que el marido recoja los condones usados, que abra las piernas de su mujer para permitir una penetración más profunda, que introduzca él mismo el falo del corneador en la vagina de su hotwife, que limpie el semen de la vagina de la hotwife con toallitas o con la lengua…) enriquecen la dinámica entre las tres partes y son todas responsabilidad del esposo.

El corneador tiene una enorme responsabilidad, pues es quien debe hacer sentir segura, contenta y satisfecha a la esposa, pero también debe informar al marido sobre sus requerimientos (manera en que desea vestida y arreglada a su hembra), los lugares a los que la llevará tanto a convivir como a tener sexo, enviarle imágenes o videos de los encuentros —especialmente cómo la penetra y la llena de su semen— o le llame por teléfono para que el esposo pueda escuchar a su mujer gemir de placer. En un trinomio cornudo ideal, es el corneador quien también hace partícipe al marido de los momentos en que la hotwife y él fornican, llamándolo o sacándolo del cuarto donde esté ocurriendo, advirtiéndole que esa noche dormirá con la esposa en la cama matrimonial mientras el marido deberá quedarse en otro cuarto o en dentro del mismo pero acostado en otra superficie (colchón, sleeping bag…).

El erotismo se incrementa cuando las tres partes se entienden y se comunican.

Si el amante tiene ideas para viajar los tres o gozar de una salida más perversa (ir a un hotel y que los vean entrar juntos, ir a escoger la ropa los tres y que quede claro que la esposa va con su marido y su amante, tomarle fotos en público y más ideas divertidas) es un excelente método hablarlo en complicidad con el esposo antes de proponerlo a ella o, incluso, presentarlo como sorpresa.

Ambos: corneador y cornudo, están al servicio de la hotwife, y entre mayor sea su lazo amistoso, mucho mejor será el cumplimiento de fantasías y el placer para todas las partes. Es simple: pueden ser amigos cuya meta es hacer feliz a la mujer que los satisface sexualmente a ambos —a uno en el cuerpo y al otro en la mente—.

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